El delator Mr. Monopoly

Imagínate que te proponen formar parte de una banda para asaltar un banco. Te aseguran que el plan es perfecto, que nada puede fallar. Aceptarías? Es muy difícil que alguien te haga esa propuesta, pero es muy probable que alguna vez hayas imaginado sonriente, no la invitación a un atraco, sino qué harías con el dinero del botín. Porque si bien robar es un delito, existe la sensación de que si es a un banco, hasta sería considerado un acto de justicia. Una idea peligrosa que nos inspiran las películas y alguna serie, cuyas historias fueron inspiradas en casos reales.

 

A comienzo de la década de 1960 el inglés Bruce Reynolds se obsesionó con la idea de planificar un asalto sin precedentes. Seleccionó a catorce hombres que por sus habilidades encajarían perfecto en el engranaje de la banda, y juntos concretaron el mundialmente conocido golpe del siglo. El 8 de agosto de 1963, activaron una señal falsa en las vías del ferrocarril, el maquinista detuvo la marcha, y abordaron el tren de Glasgow que transportaba dinero de los bancos desde Escocia hacia Londres.

 

Quince minutos fueron suficientes para cargar las ciento veinte sacas que contenían el equivalente a 46 millones de euros actuales. Los ladrones se escondieron en una casa de campo al sur de Inglaterra, lejos de todo y de todos.

 

A casi seis meses del asalto la policía detuvo a varios de ellos y fueron condenados. Cuando recuperaron la libertad, a uno lo asesinaron, otro murió en un accidente de tránsito, otro se suicidó.

 

El más famoso fue Ronald Biggs, quien escapó de una cárcel londinense en el 65, en París se hizo una cirugía estética, cambió su identidad, y terminó en Brasil donde formó una familia y pudo evitar la extradición. Lo que no pudo evitar fue despedirse de éste mundo sin antes tomar otra vez una pinta de cerveza negra inglesa. Entonces, en el 2001, a sus 71 años acordó volver a su país. Ni bien piso tierra británica, lo encerraron.

 

Reynolds, el cerebro de la banda, había escapado a México, pasó por Canada, se quedó sin plata, cinco años después volvió a Inglaterra, lo detuvieron, cumplió una condena de 10 años, recuperó la libertad y murió a sus 84 años sintiendo en vida lo que era ser una leyenda.

 

Sabes cómo desbarataron a la banda de Reynolds? Por un juego de mesa. Dicen que esas semanas posteriores al asalto, en la granja inglesa, pasaban horas y horas jugando al Monopoly. Cuando la policía llegó a la casa, entre los objetos que secuestró, estaba el juego, cuyos billetes tenían las marcas de las huellas dactilares de los delincuentes. Así pudieron identificarlos.

 

Lo curioso, es que quienes dieron uno de los golpes más audaces a los intereses bancarios, hayan sido delatados por un banquero, aunque de la ficción, y en el que los delincuentes imaginaron convertirse a través del juego. Mr. Monopoly, ese señor rico, risueño en el dibujito de tapa pero ambicioso, vestido con elegancia, es un banquero. El personaje está inspirado en el banquero estadounidense J.P.Morgan, quien aparecía en las fotos de finales de siglo 19 y comienzos del 20 luciendo su sombrero de copa y elegante bigote.

 

Moraleja: el banquero te invita a jugar a ser millonario, pero cuidado, porque puede ser tu ruina. Gana hasta cuando está dibujado y no se trata de un juego…