Expedición Atlantis: los argentinos que cruzaron el océano en balsa

En el paseo costanero del Cabo Corrientes de Mar del Plata, el extremo más saliente del país sobre el mar, hay un monumento que recuerda una hazaña. La base de hormigón sostiene la figura metálica del sol y en su centro la cruz de los vientos. Es la misma imagen pintada sobre la vela de la balsa de troncos Atlantis, con la que 5 expedicionarios argentinos cruzaron el Océano Atlántico en 1984, sin timón ni motor.

Alfredo Barragán, un abogado de la ciudad de Dolores, quería demostrar que los africanos accidentalmente pudieron haber llegado al continente americano 3 mil años antes que Cristóbal Colón, navegando a través de determinadas corrientes marinas. Le contó la idea a un grupo de amigos y deportistas amateurs de Mar del Plata, les propuso construir una balsa de troncos, y lanzarse hacia una aventura para muchos suicida.

La preparación de la Expedición Atlantis duró más de 4 años. La balsa fue ensamblada en el puerto de Mar del Plata respetando el método constructivo y los materiales que usaban los africanos 3 mil años atrás. No tenía piezas de metal…ni un clavo. La vela era parte de otra vela más vieja que donó la Fragata Libertad. A los troncos los fueron a buscar a Ecuador porque ahí estaban los árboles que necesitaban, y el único medio de comunicación a bordo, una radio VHF, fue cedida por la Armada. Como no existía el GPS, para orientarse debieron aprender el método de navegación astronómica. Fue tan detallada la preparación que hasta dos de los tripulantes se sacaron el apéndice voluntariamente, y pidieron a los médicos que les enseñen cómo amputar un miembro.

Cuando terminaron la balsa, la llevaron en barco hasta las Islas Canarias españolas, y desde allí partieron el 22 de mayo. Después de 52 días de navegación, el 12 de julio de 1984, Alfredo Barragán, Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Daniel Sánchez Magariños y Félix Arrieta, llegaron al puerto venezolano de La Guaira.

El viaje fue filmado por uno de ellos y en 1988 se estrenó en los cines la película “Expedición Atlantis”. La vieron miles de personas, pero no tantas como las que ya leyeron la frase inscripta al pié del monumento en el Cabo Corrientes. Frase que inmortalizó el Capitán Alfredo Barragán al llegar a América, tal vez como lo hicieron los africanos hace más de 3 mil años. Frase, que improvisó antes de pisar tierra cuando el relator de fútbol más famoso de la época, José María Muñoz, interrumpió la transmisión de un Boca-Vélez, para informar sobre la proeza y le pidió a Barragán una reflexión. Inspirado por la emoción habló con el corazón, y dijo la siguiente frase: “Que el hombre sepa, que el hombre puede”.