Berazategui prohíbe el uso y la venta de pirotecnia

De cara a las Fiestas, el gobierno municipal de Berazategui solicitó no comprar productos pirotécnicos y denunciar aquellos puestos y establecimientos comerciales que los vendan. Según los datos, los afectados por el uso de fuegos artificiales son en un 70% varones menores de 20 años.

Los afectados por el uso de pirotecnia son en su mayoría varones; y en un 70%, menores de 20 años. En un 45% de los casos, en tanto, las lesiones se producen en menores de 15, mientras que el grupo de mayor riesgo es el de 6 a 12 años. Por otra parte, las zonas del cuerpo más afectadas por este tipo de accidentes son las manos (40%), los ojos (20%) y la cabeza o el rostro (20%).

Según estadísticas del Centro Oftalmológico Municipal “San Camilo”, en el caso de las lesiones oculares, puede producirse desde una laceración o úlcera, hasta la pérdida del globo ocular o de su capacidad visual. Las heridas por cohetes y cañitas voladoras pueden quemar la zona periocular y ocular, que si es superficial puede no dejar secuelas en los adultos, pero sí en la población infantil, que sigue su maduración visual hasta los 10 años.

El uso de pirotecnia también afecta seria y especialmente a los pequeños que tienen dificultad en el procesamiento sensorial y sufren Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) o Síndrome de Asperger.

Según explica la licenciada en Terapia Ocupacional -integrante del equipo del Centro de Salud Mental municipal “Ramón Carrillo”-, Lorena Bergantiños, “los sonidos y luces que provocan los fuegos artificiales pueden estresar a los niños con TEA, generándoles también episodios de ansiedad. Esto lo demuestran, por ejemplo, con gritos, llantos, tapándose los oídos o, incluso, autolesionándose”.

El uso de estos materiales también afecta a los animales, ya que por su capacidad auditiva superior a la del ser humano, sufren mucho con las explosiones. Por eso, se recomienda tenerlos en un lugar cómodo, que habitualmente utilicen, junto a objetos que identifiquen como propios, ya que el sonido de los petardos les genera miedo y tienden a escaparse. También se aconseja no mantenerlos atados, ya que pueden lastimarse.