Embargan en 1.000 millones a un jefe de policía de Quilmes

Un policía bonaerense que había sido detenido el 6 de enero acusado de integrar una asociación ilícita que armaba causas vinculadas al narcotráfico y que estaba presuntamente liderada por el fiscal de San Isidro, Claudio Scapolán, fue procesado con prisión preventiva por una jueza federal que le embargó sus bienes en 1.000 millones de pesos.

Se trata del subteniente de la Delegación Drogas Ilícitas de Quilmes, Adrián Gonzalo Baeta, quien fue procesado por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, por organizador de una asociación ilícita, abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización doblemente agravada, entre otros delitos.

Además, la jueza ordenó que el policía permanezca detenido y que se le embarguen sus bienes en 1.000 millones de pesos.

Baeta había sido detenido el 6 de enero en la localidad de Rincón de Milberg, partido de Tigre, tras permanecer más de medio año prófugo en el marco de la investigación sobre una asociación ilícita presuntamente liderada por el fiscal Scapolán, a la que se le atribuye el robo de al menos 555 kilos de cocaína, 33.000 dólares y 386.000 pesos mediante extorsiones a narcos entre 2013 y 2015, informaron fuentes de la investigación.

Para la jueza Arroyo Salgado, la participación de Baeta en la organización criminal fue clave, sobre todo por su relación con Diego Xavier Guastini, un contador y financista que fue asesinado en un ajuste narco en octubre de 2017 en Quilmes.

Baeta fue involucrado en la causa por la declaración como “arrepentido” de un exmiembro de la fuerza, quien se refirió a su rol como testigo en el procedimiento “Leones Blancos”.

Según la pesquisa, el policía actuó en la interceptación de los vehículos con droga en el operativo denominado “Leones Blancos”, realizado en 2013 en Moreno, donde se incautó un cargamento de alrededor de una tonelada de cocaína, aunque oficialmente sólo se consignó la mitad.

Ese operativo fue dispuesto por el fiscal Scapolán, ahora acusado de ser el “jefe” de la asociación ilícita.

El cargamento de cocaína, valuada en casi 3 millones de dólares, fue trasladado a “un local de la calle Urquiza y Carlos Pellegrini” de Quilmes Oeste en “unos bolsos azules con manijas negras”, para luego ser llevada a la Costa Atlántica y ser vendida.